martes, junio 19, 2012

H. BEAM PIPER - Vikingo Espacial

H. Beam Piper fue un autor tardío. Su primer relato, Time in Time Again (1947), publicado por Astounding Science Fiction, vio la luz cuando había rebasado con holgura los cuarenta años. Si a esto le unimos que su carrera terminó de manera prematura al suicidarse por, al parecer, problemas económicos, podemos pensar que nos encontramos ante un gran talento malogrado para la ciencia ficción. Más allá del puñado de relatos y novelas que Piper nos dejó, su principal legado es la enorme capacidad para crear caminos que otros escritores recorrerían dando vida a los maravillosos mundos de ficción que surgieron de su fecunda imaginación. A pesar de que es un total desconocido en nuestro país, para muchos de los talluditos lectores de lengua inglesa que se iniciaron en el género en plena Edad de Oro de la Ciencia Ficción, Piper, es uno de los autores de culto que más pasiones levanta todavía. Y como muestra a esta devoción no podemos perder de vista como el propio John Scalzi, uno de los valores en alza entre la nueva generación de escritores de ciencia ficción norteamericanos, ha llegado a rescribir Little Fuzzy (1962) -editado en nuestro país como Encuentro en Zarathustra-, uno de los grandes éxitos de Piper, actualizándola con ligeras modificaciones respecto al original, para ser publicada con el título de Fuzzy Nation (2011), editada aquí por Minotauro con el poco afortunado título de El visitante inesperado. Junto a Scalzi, existen un buen número de autores menos conocidos que han continuado escribiendo secuelas de su adorado Piper, por ejemplo la serie-secuela escrita por John F. Carr y Mike Robertson que se inica con The Last Space Viking o la escrita por Terry Mancour que ha visto publicadas sus dos primeras entregas durante el 2011 con los títulos de Prince of Tanith y Princess Valerie's War, estando anunciada para el presente año la tercera parte de esta trilogía que llevará por título Odyssey Trask.

Esencialmente,Vikingo Espacial (1963) es una novela de aventuras que gira en torno a la venganza. No se puede decir que sea un prodigio de originalidad, pero tenemos que poner en su contexto temporal el momento en el que Piper escribe sus relatos y novelas; un momento marcado por la política editorial que Campbell imponía con mano de hierro a los escritores que estaban bajo su batuta; de esta “interacción” entre editor y escritores surgieron un buen número de obras que, como en Vikingo Espacial, tenían la premisa fundamental de proporcionar al lector aventuras y acción a raudales. Y Piper cumplía de sobras con los consejos de su editor, aunque el momento en el que lo hacía ya empezaban a soplar nuevos aires en la ciencia ficción que la perspectiva del tiempo llamó New Wave. Este deambular contracorriente de Piper, empeñado en crear universos de fantasía y héroes bizarros cuando la realidad del género iba por otra parte terminó de cargar la pistola que acabó con su vida en 1964, un año después de escribir Vikingo Espacial y de abrirle con su creación la puerta de la ciencia ficción a varias generaciones de lectores y de escritores.
 Pero vayamos a lo que importa. Decíamos que Vikingo Espacial era una historia de venganza que cuenta las peripecias de Lucas Trask, un joven aristócrata que ve como en su boda con la noble Elaine irrumpe a sangre y fuego un grupo de mercenarios al mando de Andray Dunnan, un antiguo pretendiente de la prometida de Trask; Dunnan  hiere gravemente a Trask y asesina a Elaine, robando a continuación la nave Enterprise, la más moderna y poderosa construida hasta la fecha en los Mundos de la Espada, una confederación de planetas llamados así porque adoptaron nombres de espadas legendarias. Estos mundos fueron colonizados por un grupo de refugiados del bando perdedor de una guerra civil ocurrida siglos antes en el seno de la Federación Terran. Una vez derrotados, los insurgentes fueron condenados a exiliarse fuera de las fronteras de la Federación; este grupo colonizó el planeta Excalibur desde el que se expandieron y crecieron formando una organización feudal bajo el control de familias de nobles que con frecuencia mantenían sangrientas disputas entre ellos. A pesar de su aislamiento y de la inestabilidad política lograron conservar la tecnología que les permitía los vuelos espaciales. Los Mundos de la Espada, al volver a tener contacto con las antiguas posesiones de la Federación, descubren que estos mundos colonizados por los humanos en una pasada etapa de esplendor y expansión por la galaxia han perdido buena parte de sus conocimientos tecnológicos, incluidos los de fabricar armas de gran poder y vehículos capaces de viajar entre las estrellas, habiendo retrocedido a distintos tipos de barbarie, lo que aprovechan los aristócratas de los Mundos de la Espada para atacarlos de manera indirecta mediante la utilizando de grupos de mercenarios con patente de corso a los que llaman vikingos del espacio con el fin de expoliarlos de riquezas y materias primeras.

Una vez recuperado Lucas Trask de las heridas recibidas y, enterado de la muerte de su prometida, pone todo su empeño en vengarse de Andray Dunnan; venderá su patrimonio y renunciará a su título nobiliario para poner a disposición del almirante Harkaman, uno de los más reconocidos vikingos del espacio, la Némesis, la nave gemela de la Enterprise con el fin de atrapar a Dunnan y desbaratar los planes de éste, que ya no pasan por atacar antiguos mundos de la Federación, sino por conquistar Marduk, el planeta en el que se concentra el peso en tecnología y recursos de los Mundos de la Espada. Con este sencillo argumento Piper va hilando un entretenido space opera que avanza entre ataques a planetas, escaramuzas y batallas espaciales como contrapunto a las más reposados, que no menos interesantes, intrigas comerciales y palaciegas por el dominio de los recursos y el poder, sin olvidar un fallido intento de reflexión  sobre la clase política y la decadencia de la civilización, aunque eso sí, todo esto en un segundo plano para no cortar el ritmo de la narración con reflexiones superfluas.


Con la perspectiva que nos da el tiempo, y a sabiendas de los cambios que demandaban los lectores de ciencia ficción en el momento en que apareció Vikingo Espacial, su estilo sencillo y falto de pretensiones, junto a lo manido de su argumento, sin olvidar la poca profundidad de sus personajes y diálogos, iba señalando el canto del cisne de un tipo de historias que habían sido las predominantes durante mucho tiempo en la ciencia ficción. No obstante, y teniendo en cuenta la fuerte repercusión que la obra de Piper ha tenido en generaciones futuras, no todos se terminaron entregando a la aburrida y reflexiva moda del New Wave. Entre  los que no se entregaron está, por ejemplo, Lois McMaster Bujold, en cuyo mundo de  aristócratas Vor de la Saga Vorkosigan podemos encontrar muchos paralelismo con el universo creado por Piper en Vikingo Espacial, siendo su personaje más carismático, Miles Vorkosigan, una versión mejorada del joven Lucas Trask, poseedores ambos de una enorme capacidad para afrontar cualquier situación que pueda surgir y salir triunfante. Vikingo Espacial, como otros muchos clásicos olvidados de la ciencia ficción de difícil reedición por parte de la editoriales, se ha convertido en una lectura asequible gracias a los lectores electrónicos. Una oportunidad que a todos los aficionados que todavía conservan el gusto por este tipo de narraciones no se le debe pasar por alto para revisar el buen hacer de un malogrado artesano de la Edad de Oro de la ciencia ficción como fue H. Beam Piper.

2 comentarios:

Unknown dijo...

muy bueno!! por cierto, brillante el encabezado de pagina con predator jugando ajedrez con alien. Hey! si te gusta este genero, hay un libro llamado Baterfield Earth-Campo de batalla La Tierra, que es tremendo!! tiene un porron de volumenes, pero si empiezas, ya no paras ;) echale un ojo!

Pedro Suárez Ochoa dijo...

Hola, me ha encantado tu post. ¿ Es posible encontrar sus obras libres de derechos en la Web y en español?

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