lunes, septiembre 25, 2006

LAS SIRENAS DE TITÁN: Kurt Vonnegut entre timid y Timbuktu


El título derivaba del hecho de que, en inglés todas las palabras entre timid y Timbuktu (Tombuctú) en los diccionarios abreviados, se relacionan con el tiempo (time).

Las Sirenas de Titán es la aportación personal que hace un grande de las letras, como es Vonnegut, a uno de los temas más frecuentes de la ciencia ficción, como es el de los viajes en el tiempo.
La contribución de Vonnegut no entra en las competencias técnicas que pueden propiciar la capacidad de desplazarse por el tiempo, sino que entra de lleno en los efectos que provocaría, en la débil y maleable naturaleza humana, la posibilidad de manipular el destino de sus semejantes gracias a la capacidad de tener conocimiento previo de lo que ha de acontecer.

Vonnegut en su habitual estilo de permanente acidez, no deja pasar la oportunidad y carga en esta obra contra sus fantasmas personales; religión, militarismo y manipulación de masas.

En Las Sirenas de Titán, Vonnegut recurre a su habitual receta para crear sus historias. La novela está vertebrada como si de varios relatos independientes se tratará. Con esta superposición de episodios entrelazados aumenta de una manera inteligente la sensación de intemporalidad, de viaje en el tiempo y de que todo está unido y relacionado.

La historia en si misma es más o menos la siguiente: Wiston Niles Rumfoord, archimillonario propietario de una estupenda nave espacial, y su perro Kazak caen en el interior de una singularidad espaciotemporal denominada infundibulum crono-sinclástico, es decir, un lugar del espacio curvado hacía todos los lugares posibles del tiempo y del espacio, esto hace que Rumfoord tenga la capacidad de estar siempre en todos los lugares, podía ver el pasado y el futuro con claridad.

El extraño fenómeno temporal permitía a Rumfoord materializarse periódicamente en la mansión de Beatrice, su esposa, que ve convertida su carísima morada en lugar de peregrinaje de todo tipo de personajes que acuden a presenciar el “milagro” de la aparición de Rumfoord y su perro.

Rumfoord en una de sus apariciones pide a su esposa que invite a su mansión a Malachi Costants, un rico heredero tocado por la voluntad divina en forma de suerte, que nunca ha tenido que esforzarse para nada en la vida. En este encuentro Rumfoord informa a su esposa y Malachi de su futuro; se casarán, tendrán un hijo llamado Kronos, viajaran a Marte, Mercurio, Titán y serán protagonistas de una serie de acontecimientos que no podrán evitar. A partir de este momento el principal hilo conductor de la novela es la reflexión a la que nos invita Vonnegut sobre la falta de libre albedrío entendido este como la libertad del ser humano de decidir su futuro haciendo uso del razonamiento y la reflexión, dominando los impulsos o automatismos reflejos que condicionan nuestros actos.

Las maquinaciones de Rumfoord, que la capacidad de saber el pasado y el futuro le ayudan a perpetrar, incluyen una invasión de marcianos y la creación de una religión: La Iglesia del Dios Indiferente, donde él mismo, como no, es el único Dios verdadero. Vonnegut carga contra la sociedad por su aborregamiento al seguir a los líderes de turno sin tener el mínimo sentido crítico, y contra la estupidez humana por su constante perseverancia en autodestruirse físicamente; moralmente hace tiempo que se destruyó, según la opinión de Vonnegut.

La Sirenas de Titán fue escrita en 1959, en plena Edad de Oro de la ciencia ficción. Literariamente nada tiene que ver con el estilo pulp imperante en las publicaciones de la época. Sorprende por el estilo y la, hasta cierto punto, profundidad de algunas de sus frases llenas de afilada ironía con las que torpedea monstruos sagrados de la sociedad americana como el dinero y la religión.

Vonnegut ofrece Una visión catastrofista de los efectos que conllevaría dominar los viajes en el tiempo en una sociedad donde el crecimiento moral y ético no acompaña al crecimiento tecnológico necesario para acometer estos proyectos.
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