Con el paso del tiempo, Stanley G. Weinbaum fue considerado por muchos de los más afamados escritores de la Edad de Oro de la Ciencia Ficción como el primero de los grandes escritores de la ciencia ficción pulp en los Estados Unidos. Su prematura muerte acaecida en 1935, tan sólo 18 meses después de la publicación de su primer relato, hizo imposible ampliar su legado bibliográfico que apuntaba a convertirse en el camino a seguir por los pioneros del género. Su breve producción, apenas una veintena de cuentos, fue suficiente para que tanto escritores como aficionados reconocieran su talento y alabasen el tratamiento revolucionario con el que presentaba a los exóticos seres alienígenas que brotaban de su imaginación; sin ir más lejos, fue descrito por Isaac Asimov, admirador incondicional de su obra, como el primer escritor de ciencia ficción moderno al considerarlo un escritor “campbelliano” antes de que el propio John W. Campbell iniciara su trabajo editorial al frente de Astounding. Su relato más conocido, que además fue el primero que escribió, fue Odisea en Marte (1934), publicado en la revista Wonder Stories, una de los principales referentes de la literatura pulp de la época, al igual que su director Hugo Gernsback.
Pese a que Weinbaum no se limita a caer en los manidos tópicos del género escribiendo historias en las que el hilo argumental gira en torno a una sucesión de aventuras, poco originales en la mayoría de ocasiones, en las que el héroe de turno se tiene que enfrentar a viscosos seres malignos venidos de más allá de las estrellas con la única intención de invadir la Tierra o comerse a todo humano que se cruce en su camino, no podemos olvidar que los relatos de Weinbaum son hijos de su tiempo, por lo que no podía escapar por completo a ese tipo de guiones ya prefijado de antemano en la mente de los aficionados al género; sin embargo, las concesiones que hace el autor a los lectores,no dejan de lado el "rigor científico" (para su época y conocimientos) con el que trata de buscar una solución a problemas de física o matemáticas que se plantean en la narración, con lo que su obra se acerca a lo que sería más adelante la Edad de Oro de la ciencia ficción, momento en el que se abandonan las “historias de marcianos” para tomar partido por la especulación científica como elemento clave para desarrollar los argumentos. Pero lo realmente innovador de sus cuentos no es el escenario ni la incipiente especulación científica que se comienza a vislumbrar, sino los personajes, especialmente los alienígenas, a los que dignifica colocándolos en una posición incomprensible para el hombre, alejándolos de la dicotomía buenos-malos con la que acostumbramos a juzgar sus intenciones teniendo como referencia la "naturaleza humana". Las criaturas creadas por Weinbaum resultan totalmente herméticas en sus intenciones y acciones al pertenecer a formas de vida alejadas en todo momento a los parámetros antropocéntricos en los que medimos la vida inteligente. En Odisea en Marte podemos asistir a la aparición de plantas inteligentes, enormes aves con aspecto de avestruz o seres de silicio que pueden vivir miles de años sin que la mente humana sea capaz de comprender la finalidad de su extraño ciclo vital, lo que de otorga un plus de originalidad al relato.
El argumento de Odisea en Marte no se aleja mucho de la referencia homérica que encierra el título. En esta ocasión el moderno Ulises es Dick Jarvis, astronauta que pertenece a una expedición que tiene como objetivo investigar el planeta rojo; Jarvis sufre un accidente cuando se dedicaba a fotografiar el paisaje ayudado de un cohete portátil, quedando en esos momentos separado del resto de sus compañeros, por lo que se ve en la obligación de recorrer a pie la distancia que lo separa de sus compañeros de expedición. Durante su periplo marciano Jarvis encuentra a un extraño pájaro inteligente que está a punto de ser devorado por una planta que lo ataca con sus tentáculos, éste ser tentacular atrae a sus víctimas entrando en su mente, una versión marciana de las sirenas que atraen a los marineros hacia su perdición en la obra de Homero. El peculiar ser con forma de avestruz salvado por Jarvis responde al nombre de Tweel y acaba por convertirse en el guía y compañero de viaje del terrestre. El relato prosigue encadenando episodios en los que tienen que hacer frente a la aparición de extrañas formas de vida y los misterios que se les plantean, como una extraña e inacabable línea de pequeñas pirámides de silicio de varios miles de años de antigüedad, todas ellas abiertas por la parte superior o el descubrimiento de una ciudad en la orilla de un canal marciano por la que pululan unas extrañas criaturas con forma de barril.
Odisea en Marte es una muestra más de la buena ciencia ficción que se hacía en la época de los pulp. Una joya que debe conocer todo buen aficionado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario