lunes, enero 08, 2007

AXIOMÁTICO - Greg Egan

No tenía intención de leer, y mucho menos comprar, este libro de Egan. No soy lector de relatos, prefiero la novela y cuanto más larga y contundente mejor, por otra parte, la ciencia ficción hard me tira para atrás por mi nula formación en temas científicos, cosa que me priva de entender cualquier trasfondo técnico que incluya la lectura, pero la elección de esta recopilación de relatos por parte de los compañeros del grupo de lectura en Sedice y el apunte que hacía Cloud en su blog me animaron a la compra y lectura de Axiomático.

Aunque sólo he conseguido terminar ¾ partes de los relatos, tengo que admitir que los leídos han resultado una experiencia agradable. Egan se dedica a escribir autentica ciencia ficción, sus relatos nada tienen que ver con la literatura de evasión que trasviste un argumento de novela negra o un wester con un entorno futurista para venderlo como ciencia ficción. En el grupo de escritores que valiéndose de estas artes se arriman a la ciencia ficción podemos incluir nombres ilustres como Vance, la Bujolds y otras hierbas…autores muy seguidos y leídos por los aficionados al género, eso es infegable, pero que están muy lejos de escribir auténtica ciencia ficción.

Egan representa la esencia de lo que debe ser la ciencia ficción: ideas brillantes, bien elaboradas y con una base científica sólida; lamentablemente este despliegue de virtuosismo en cuanto a imaginación no va acompañado con la utillería literaria necesaria que, a modo de vaselina, ayude a los neófitos en cuestiones técnicas, en la introducirse sin dolor de la terminología científica que inundan los escritos de Egan.

No contaré mucho sobre el argumento de los relatos que componen Axiomático, los interesados pueden leer la estupenda reseña que ha escrito Ataúlfo para la portada de Sedice, y a la que poco más se puede añadir.

Personalmente destacaría La Caricia y El Virólogo Virtuoso, me han resultado más comprensibles. Aprovechando el impulso que me ha ofrecido Egan, quizás, me decida por fin a leer la celebradísima "Historia de tu vida" de Ted Chiang, que ya va siendo hora.

martes, enero 02, 2007

LA PIEL FRÍA - Albert Sánchez Piñol

La piel fría es sin duda una de las lecturas que más he disfrutado en los últimos años. Se publicó originalmente en catalán en el 2002; el boca a boca la convirtió en un superventas en poco tiempo y no tardó en ser traducida al castellano.

En la actualidad lleva vendidos 135.000 ejemplares en España y ha sido traducido a más de 30 idiomas, además de haber ganado en su día el premio Ojo Crítico de Narrativa. Sin duda la novela de género española más internacional. Sin embargo, no es una novela muy apreciada por los aficionados al género fantástico en España, es más, la mayoría ni siquiera la ha leído ni la tiene en cuenta para futuras lecturas. Un caso paradójico dentro del panorama patrio donde se tiende al chovinismo de subir a los altares obras y autores bastante mediocres por el único mérito del paisanaje.

La novela en si es una mezcla de géneros, mestizaje lo llaman los más puristas y entendidos en estos menesteres. Con una prosa recargada y llena de metáforas y unas formas al más puro estilo decimonónico, el autor introduce elementos de la literatura fantástica, de terror y de ciencia ficción inspiradas en las ideas de autores de reconocido prestigio como: los terrores marinos de Lovecraft y Hodgson, la novela de aventuras que tan bien explotó Julio Verne, la relación de dependencia que establecía Joseph Conrad entre protagonista y antagonista y la imposibilidad de comunicación con otros seres inteligentes que desarrollo Stanislaw Lem en obras como El Invencible.

El argumento de la novela comienza a finales del siglo XIX con la llegada a un pequeño islote próximo a la Antártida de un joven oficial atmosférico que huye de un oscuro pasado. En el islote encontrará a su único habitante, Batís Caffó, en un faro que es asaltado cada noche por unas extrañas criaturas que provienen del mar. El joven recién llegado comienza una desesperada lucha por la supervivencia que también es un viaje a lo más perturbador de la naturaleza humana y que pondrá de manifiesto lo peor y lo mejor de él. Su relación con Batís Caffó y el descubrimiento de la psicología de los dos personajes es el eje sobre lo que se asienta la novela y, por consiguiente, lo que atrapa al lector.

La novela resulta una analogía sobre la incomprensión y el rechazo que sentimos hacía todo lo desconocido, la capacidad que ha generado la sociedad para criminalizar y odiar todo aquello que no podemos entender. Sobre todo, se resalta la necesidad de manifestar la xenofobia, el racismo y la intolerancia que es innata en el ser humano.

En otro apartado de la novela, se debe incidir y destacar en la carga de erotismo y sexualidad que se introduce en la novela. Un sexo en su estado más puro y primitivo, enfermizo a veces y natural siempre.

Para concluir, sólo indicar que, a pesar de su carácter autoconclusiva, La piel fría es la primera entrega de una trilogía temática que tiene su continuación con Pandora en el Congo.

LOS VIAJES DE TUF - George R.R. Martin

El fix-up Los viajes de Tuf (1986), aparece publicado en castellano por Ediciones B allá por el lejano año de 1988 (cómo pasa el tiempo). Martin, huérfano en esos momentos del éxito merecidamente cosechado con su Canción de Hielo y Fuego, carería del más mínimo "colchón" de prestigio que le disculpase delante de los contadísimos aficionados a la ciencia ficción que compraron un ejemplar de las aventuras del extravagante y obeso mercader que protagoniza la narración. Entre los pocos que apostaron por las bondades de Los viajes de Tuf se encontraban aquellos que se habían entusiasmado con Los reyes de las arenas (1979), relato ganador de los premios Hugo, Nebula y Locus de 1980, o con la no menos fascinante e imprescindible Muerte de la luz (1977). Los viajes de Tuf no fue un éxito de crítica ni de ventas. El libro fue saldado, como tantos otros, por cuatro duros (por entonces no existían los euro), fue uno más de los muchos títulos que pasan con más pena que gloria por las estanterías de las librerías. Fue curioso comprobar como el afán bibliófilo de unos y los incontenibles deseos de conocer antiguos escritos del escritor de moda de otros, despertó la codicia de muchos que consiguieron un ejemplar de la novela de Martin, y que entonces la ofrecían con vehemencia al módico precio de entre 60 y 100 euros. Los viajes de Tuf fue durante mucho tiempo una de las novelas más buscadas en los mercados de segunda mano. Ahora, gracias al éxito de Juego de Tronos (1996) y Choque de Reyes (1998) se ha vuelto ha reeditar en formato bolsillo con, para mí, un exagerado alago por parte de los lectores. Los viajes de Tuf no da mucho de sí. Tiene grandes deficiencias en cuanto a su cohesión interna al tratarse de un fix-up compuesto por varios relatos independientes cosidos entre sí con un hilo argumental excesivamente débil para lograr vestir con un mínimo de decencia la oronda reputación de George R. R. Martin.
 

Es complicado definir el tema central que Martín trata a lo largo de sus páginas. Quizá el ecologísmo y el poder son los elementos más comunes en los distintos pasajes que componen la narración, aunque si tenemos que centrar nuestra atención en algo debería ser en el personaje central Haviland Tuf, un mercader independiente de gran tamaño, obeso, calvo y con la piel blanca como el hueso. Es vegetariano, bebe montones de cerveza, come demasiado y le encantan los gatos. Y además es completa y absolutamente honesto. Tuf logra poseer una enorme nave espacial, el Arca, la única superviviente del antiguo Cuerpo de Ingeniería Ecológica de la Vieja Tierra. Al Arca es un artilugio desaparecido hace más de mil años, pero que revive gracias a Tuf y a sus gatos. A lo largo de los siete relatos que forman este libro, Tuf consigue la nave, la repara y resuelve un sinfín de problemas espaciales con la ayuda de la ingeniería ecológica, una profesión que él recupera y a la que añade la impronta de su personalidad, astucia e ironía. La novela está construida con varios relatos con el único denominador común de tratar sobre la vida de un tal Haviland Tuf; un personaje odioso y relamido, altamente irritante, mercader de profesión y que por los azares del destino se convierte en propietario de una enorme nave de más de mil años de antigüedad, dicha nave, tiene como función principal la ingeniería ecológica, es decir, clonar bichejos y plantas provenientes de los más recónditos confines de la galaxia para utilizarlos con fines poco claros.
 
Los episodios que componen este fix-up los podemos dividir en dos grupos. En primer lugar, Los panes y los peces, Una segunda ración y Maná del cielo que son los más consistentes ya que están sustentados sobre una idea sólida y razonada: el desequilibrio alimenticio que se provocaría en una civilización donde la población creciera en progresión geométrica y la capacidad de producir alimentos en progresión aritmética como anunció Malthus en su celebre Ensayo sobre el principio de la población. La innovación que aporta Martin a esta idea es que se produce por motivos religiosos, en cambio, Malthus había anunciado este desastre como consecuencia directa de la Revolución Industrial. El segundo grupo de relatos lo componen: La estrella de la plaga; un entretenido episodio a medio camino entre “Alien” y los “Diez Negritos”, Guardianes; entretenido sin más, Una bestia para Norn y Llamadme Moisés; ambos infumables.

Resumiendo, un libro inmerecidamente elevado a los altares por la pléyade de fans del barbudo auto, aunque hay que reconocer que, pese a sus defectos en su construcción, se deja leer y ofrece algunos buenos momentos de diversión, eso sí, muy lejos de lo mejor que puede llegar a ofrecer Martin.

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