Una de las muchas ventajas que aportan los e-readers es la de acceder a la lectura de un buen número de títulos descatalogados desde hace tiempo. Gracias a esta facilidad se puede hacer arqueología literaria y reencontrarse con excelentes artesanos de la palabra, como sin duda fue Murray Leinster, hoy injustamente olvidado.
Leinster fue un prolífico escritor norteamericano forjado en las más destacadas revistas pulp de la época, para las que llegó a escribir más de 1500 relatos, la mayoría de ellos de ciencia ficción, completando su bibliografía con un buen número de novelas, artículos y guiones de cine, radio y televisión. La sencillez del estilo narrativo de Leinster, alejado de cualquier alarde técnico que pueda confundir al lector, nos puede llevar a creer que sus argumentos e ideas no son dignas de mención, nada más lejos de la realidad: de él partieron algunas de las ideas y expresiones que más predicamento han tenido en el género; por ejemplo, se le atribuye la invención de las historias de "universos paralelos" en su obra Sidewise in Time (1934), que sirvió de inspiración a autores tan destacados como Asimov (El fin de la Eternidad, 1955), Larry Niven (All the Myriad ways, 1968), Frederik Pohl (El regreso de los gatos cuánticos, 1986), entre otros; de igual manera, Leinster fue el primero en utilizar el término "primer contacto" para definir el encuentro por primera vez entre humanos y alienígenas. Y no podemos olvidar como fue el primero en describir lo que hoy conocemos como una computadora en Un lógico llamado Joe (1946).
En Operación Terror (1962), novela que no está entre lo más destacado de su producción, Leinster incidía en los mismos clichés del género que ya explorase anteriormente en obras como Ataque desde la cuarta dimensión (1936), en la que reflejaba los miedos que atenazaban a la sociedad americana ante una amenaza exterior, en este caso la latente "amenaza roja"; Leinster transmite a lo largo de la narración la constante sensación de que sus personajes están en el punto de mira de un peligro intangible que, de manera inexorable, terminaría por hacerse presente y desencadenar el fin del mundo. La histeria colectiva que dibuja en sus narraciones dejan patente el miedo de la sociedad americana ante la posible pérdida de la paz y prosperidad que había alcanzado su país debido a una agresión exterior (comunista después de la II Guerra Mundial o fascista con anterioridad a la guerra). Pese a que la mayor parte de sus novelas se pueden incluir dentro del space opera y trascurren en un futuro lejano, Operación Terror gira entorno a otro de los grandes paradigmas de la ciencia ficción: la invasión del planeta por parte de "extraterrestres", aunque en la mayoría de las obras de Leinster nada es lo que aparenta ser.
La narración comienza con la aparición en los radares militares norteamericanos de un objeto no identificado procedente del espacio exterior y su consiguiente caída en el Parque Nacional de Boulder Lake, en el estado de Colorado. Lockley, un agrimensor que en esos momentos se dedicaba en solitario a mesurar las dimensiones del lugar, es testigo de cómo un objeto cae en el lago, cerca de la zona en la que están acampados su compañero de trabajo Vale y su novia Jill Holmes junto a un grupo de obreros que se dedican a trazar, mediante excavadoras, los caminos necesarios en el bosque para facilitar el acceso al lago. Poco tiempo después de la caída del objeto, Vale avisa por radio a Lockley de la aparición en el lago de una extraña nave de la que han surgido unos seres que califica como no humanos. Las extrañas figuras humanoides capturan al grupo de obreros mediante un extraño rayo paralizante de tipo desconocido contra el que nada pueden hacer. Mientras tanto, el ejército, ante los acontecimientos que se van produciendo, ordena cercar la zona y no dejar que nadie entra ni salga de la misma. Loclkey, enamorado en secreto de Jill, la novia de su amigo, decide ir a rescatarlos. En este momento se inician una serie de aventuras y descubrimientos que conforman el motor de la novela, con muy poca originalidad, dicho sea de paso, que concluirán de manera un tanto forzada, llegando a caer en más de una ocasión en la ñoñez y en el absurdo.
En Operación Terror (1962), novela que no está entre lo más destacado de su producción, Leinster incidía en los mismos clichés del género que ya explorase anteriormente en obras como Ataque desde la cuarta dimensión (1936), en la que reflejaba los miedos que atenazaban a la sociedad americana ante una amenaza exterior, en este caso la latente "amenaza roja"; Leinster transmite a lo largo de la narración la constante sensación de que sus personajes están en el punto de mira de un peligro intangible que, de manera inexorable, terminaría por hacerse presente y desencadenar el fin del mundo. La histeria colectiva que dibuja en sus narraciones dejan patente el miedo de la sociedad americana ante la posible pérdida de la paz y prosperidad que había alcanzado su país debido a una agresión exterior (comunista después de la II Guerra Mundial o fascista con anterioridad a la guerra). Pese a que la mayor parte de sus novelas se pueden incluir dentro del space opera y trascurren en un futuro lejano, Operación Terror gira entorno a otro de los grandes paradigmas de la ciencia ficción: la invasión del planeta por parte de "extraterrestres", aunque en la mayoría de las obras de Leinster nada es lo que aparenta ser.
La narración comienza con la aparición en los radares militares norteamericanos de un objeto no identificado procedente del espacio exterior y su consiguiente caída en el Parque Nacional de Boulder Lake, en el estado de Colorado. Lockley, un agrimensor que en esos momentos se dedicaba en solitario a mesurar las dimensiones del lugar, es testigo de cómo un objeto cae en el lago, cerca de la zona en la que están acampados su compañero de trabajo Vale y su novia Jill Holmes junto a un grupo de obreros que se dedican a trazar, mediante excavadoras, los caminos necesarios en el bosque para facilitar el acceso al lago. Poco tiempo después de la caída del objeto, Vale avisa por radio a Lockley de la aparición en el lago de una extraña nave de la que han surgido unos seres que califica como no humanos. Las extrañas figuras humanoides capturan al grupo de obreros mediante un extraño rayo paralizante de tipo desconocido contra el que nada pueden hacer. Mientras tanto, el ejército, ante los acontecimientos que se van produciendo, ordena cercar la zona y no dejar que nadie entra ni salga de la misma. Loclkey, enamorado en secreto de Jill, la novia de su amigo, decide ir a rescatarlos. En este momento se inician una serie de aventuras y descubrimientos que conforman el motor de la novela, con muy poca originalidad, dicho sea de paso, que concluirán de manera un tanto forzada, llegando a caer en más de una ocasión en la ñoñez y en el absurdo.
En la narración se puede apreciar el absoluto desprecio por la tecnología y las leyes físicas, más como fruto de la ironía y el sentido del humor del autor que por desconocimietno; por ejemplo las armas con las que consigue derrotar al enemigo, tanto en la presente novela como en Ataque desde la cuarta dimensión (1936), son unos pequeños ingenios construidos con una batería de coche, una antena de radio y unos alambres; con unos elementos tan simples consigue resultados mágicos, como destruir blindados a distancia.
La novela juega con las expectativas del lector, influenciado por esa latente amenaza para que al final de la misma los acontecimientos den un giro insospechado que sirve para que el lector reflexione sobre el estado de preguerra en el que están instalados. En Operación Terror, el gobierno y los medios de comunicación controlados por el aparato del Estado también ocultan la realidad de lo que está ocurriendo, siendo en ambas novelas la actuación individual de los personajes protagonistas las que anulan la amenaza y "salvan" a la humanidad, un guón que, por lo próximo a sus ideales, podría haber escrito el mismo Heinlein.
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